"Si quieres vender tu casa, pinta las habitaciones de color beige"

Este podría ser el grito de guerra de los agentes inmobiliarios de todo el país, y por una buena razón. 

La presentación y la primera impresión lo son todo cuando se vende una casa, y las personas que nos dedicamos al sector inmobiliario sabemos que los colores neutros generalmente despiertan más interés en los compradores que los colores llamativos.

La psicología del color estudia las señales emocionales provocadas en los seres humanos por varios colores. 

Por ejemplo, el amarillo intenso, puede molestar a los niños pequeños, mientras que el amarillo claro se usa comúnmente como un color neutro en cuanto al género para las habitaciones de los bebés.

El azul se asocia a menudo con la calma, la serenidad y las bajas temperaturas. Estos son rasgos útiles que debes comprender al planificar cómo mostrar las mejores características de tu casa a los compradores potenciales.

Pero, ¿cómo podemos convertir el entendimiento de la psicología del color en un diseño de interiores atractivo y vendible? 

El proceso es más fácil de lo que piensas.

El primer paso para aplicar la teoría del color a tu hogar es comprender qué quieres que transmita cada habitación.

¿Se utiliza como dormitorio para el descanso y la relajación de los adultos o es una sala de juegos para los niños? 

¿Es la cocina un lugar de reunión familiar? Hacer preguntas como estas te ayudará a definir el estado de ánimo de las habitaciones. Compara estos estados de ánimo con las emociones evocadas por diferentes colores.

Trata de limitar la paleta de colores de cada habitación a no más de tres colores:

Un tono atrevido para los accesorios, por ejemplo, un tono medio que se puede usar para remarcar algo de la habitación y un color más neutro para el fondo, como las paredes.

¡Así te aseguras que tienes una casa con posibilidades de venderse sin cambios importantes!